20130314

Aros de cebolla



Hay muchos tipos de aros. Los que engordan, los que adelgazan y los que ni pinchan ni cortan.
Los de cebolla, por ejemplo, son de esos aros que engordan, grasientos y que dejan un apestante olor... Los de gimnasia rítmica, son de los que adelgazan, aunque los mejores eran aquellos que había con agua dentro... relajaban tanto!

Pero luego tenemos el limbo de los aros, donde están todos aquellos que no hacen nada, habitan porque sí, igual que las fotos de las comuniones de tus hermanos en el salón, tienen que estar en algún sitio. Y dentro de esta familia de aros que están por estar, están los pendientes aro.
No, no son una especie en extinción pero casi. Han sobrevivido años y años en ferias sevillanas y en las estanterías de Primark encerrados en packs de treinta tamaños en dorado plateado obligándote a llevarte a casa a todos los hermanitos como si de una familia se tratase.

Pero hace unos meses, Balmain decidió que los aros que ni pinchan ni cortan serían el complemento perfecto para su colección de primavera-verano hortera ochentera.
No son aros finos, tampoco anchos, pero tienen botón y por lo menos no se ve el agujero en el lóbulo no lo soporto!
Desde la primera vez que los vi no me los he quitado de la cabeza... pero no llegan a mis orejas. Han desaparecido, no los venden, no quieren que me los compre! Creo que detrás de todo esto está mi madre escondiéndolos en cada tienda a la que voy para que no los compre... Mamá, si estás ahí, basta ya!! 
En caso de no ser así, y que algún otro ser terrenal os haya visto, por favor contacte conmigo!


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